El día anterior al de las elecciones se considera la jornada de reflexión, el día posterior es cuando todos reflexionamos sobre lo que ha sucedido y lo que habría sido con un sistema justo. -¿Dónde están los votos de los indignados?- me ha preguntado un compañero en el trabajo. -Nos les han robado-. Esa debería haber sido mi respuesta, simplemente me he límitado a decir que se los han repartido entre cuatro.
Y lo llaman "la fiesta de la democracia", así, con todo el descaro. El único día cada 4 años en el que los ciudadanos podemos elegir y ni siquiera podemos hacerlo de una forma justa. Ahora un partido (que ha "robado" 28 escaños) tiene la oportunidad de decidir por todos los españoles, y tiene esa oportunidad porque nos han robado nuestro derecho a votar, porque los que hemos dicho no al bipartidismo hemos sido penalizados con una reducción de diputados gracias a un sistema electoral que no representa ni de casualidad lo que la gente ha decidido en las urnas. No solo es un robo por no valer cada voto lo mismo, es además una extorsión. Antes del día de las elecciones nos vienen avisando: "Tenéis que votarnos a nosotros porque somos los únicos que podemos reunir la fuerza suficiente para que el otro partido no venza" y "Somos la alternativa a lo anterior, el resto es tirar tu voto a ala basura", son ideas que nos quieren meter en la cabeza y en muchos casos lo consiguen. Estas ideas salen reforzadas cuando tras el recuento ves que el apoyo que millones de personas han dado a un partido (más que a un partido político lo que apoyamos son unos ideales que compartimos con dicho partido, esto no es fútbol y no se puede amar a unos colores por gusto) no se refleja con el resultado obtenido.
¿Dónde estan los votos de los indignados? Se han quedado sin escaño, están otra vez en la calle pidiendo un sistema justo que nos represente a TODOS.
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